marchaba en su compañía.
Ornadita de Belén,
con gusto te abrigaría,
que va cayendo la nieve
y está la noche muy fría.
¡Aprisa Señor José!
¡Tire de la borriquilla!
¡Que ha de nacer en Belén
la más grande maravilla!
Iban solitos los dos,
ninguno se entretenía,
hablando cosas de Dios
pasan la noche y el día.
Llegados son a Belén,
mesón ni posada había,
y al pobre de San José
las lagrimas le caían.
No te apures dulce esposo,
dice la Virgen Maria,
que si otra cosa no hallamos
aquel portal bastaría.
Un pesebre han encontrado
donde dos bestias había.
La virgen como es tan buena
al carpintero decía:
“Acuéstate buen marido
hasta que amanezca el día,
que si llegase la hora,
yo misma te avisaría.”
A eso de la media noche
sintió que un niño gemía.
Despertose el patriarca.
¡Despertó de la alegría!
¿Porque no me has avisado,
esposa, esposa María?
¡Que ha nacido el Rey del mundo
mientras que el mundo dormía!
¡Mira si es grande que siendo Dios,
en un pesebre pobre nació!
A eso de la media noche
sintió que un niño gemía.
Despertose el patriarca.
¡Despertó de la alegría!
¿Porque no me has avisado,
esposa, esposa María?
¡Que ha nacido el Rey del mundo
mientras que el mundo dormía!