El Mercurio, 1 de abril de 2010
Magdalena Krebs:
"Hay que modificar la Ley de Monumentos y la Ley de Donaciones" , dice la arquitecta, quien acaba de asumir como directora de Bibliotecas, Archivos y Museos. Además, confirma que no habrá Maletín Literario 2010.
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"Esta institución cautela no sólo la materialidad de la memoria chilena, sino también el alma del país, porque es aquí donde se cuidan los bienes para poder transmitir nuestra historia a las futuras generaciones", comenta Magdalena Krebs, quien acaba de asumir la jefatura de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam) tras haber sido desde 1988 directora del Centro Nacional de Conservación y Restauración (CNCR) de la Dibam.
"Todavía no tengo los recuentos finales, pero sabemos que la Dibam sufrió mucho con el terremoto. Debemos ponernos de pie para ofrecer el servicio que se prestaba antes del sismo. Sin embargo, no podemos dejar de lado algunos temas de fondo. Uno de ellos, fundamental, es establecer más vínculos con el sector privado. Por ejemplo, gran parte de las colecciones de los museos han sido donadas, tenemos que buscar nuevos caminos para incrementar nuestras colecciones y dar a conocer a los donantes, porque son parte de la historia de las piezas", anuncia la arquitecta, que además asume como vicepresidenta del Consejo de Monumentos Nacionales (CMN).
Hacen falta, dice, medidas prontas: "Hay que modificar la Ley de Monumentos y la Ley de Donaciones. Necesitamos esos instrumentos para trabajar más afiatadamente el Estado con el sector privado. Hoy, el CMN le impone una carga a un propietario privado y no lo compensa de ninguna manera; eso debe ser subsanado, por la vía de las exenciones tributarias o de los subsidios directos. Y para eso se requiere voluntad política. Sé que el Gobierno está preocupado de este tema. Es muy importante generar vías muy claras y transparentes para las donaciones, de manera que la ciudadanía no tenga dudas sobre el buen uso de esos recursos".
Ejemplos virtuosos de la colaboración entre ambas esferas tuvo muchos durante su gestión en el CNCR, donde el Estado se asoció con empresas, propietarios y el mundo académico. "Las donaciones de las empresas, hay que entenderlas como una cosa mucho más profunda que simplemente traspaso de recursos: mejoran la calidad del trabajo que uno entrega a la ciudadanía. Espero poder transmitir esta experiencia positiva a la Dibam, que tiene relativamente pocos recursos. Contamos con un tercio del presupuesto del Consejo de la Cultura, y tenemos 400 bibliotecas, 26 museos, y una enorme responsabilidad con el acervo heredado".
Magdalena Krebs:
"Hay que modificar la Ley de Monumentos y la Ley de Donaciones" , dice la arquitecta, quien acaba de asumir como directora de Bibliotecas, Archivos y Museos. Además, confirma que no habrá Maletín Literario 2010.
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"Esta institución cautela no sólo la materialidad de la memoria chilena, sino también el alma del país, porque es aquí donde se cuidan los bienes para poder transmitir nuestra historia a las futuras generaciones", comenta Magdalena Krebs, quien acaba de asumir la jefatura de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam) tras haber sido desde 1988 directora del Centro Nacional de Conservación y Restauración (CNCR) de la Dibam.
"Todavía no tengo los recuentos finales, pero sabemos que la Dibam sufrió mucho con el terremoto. Debemos ponernos de pie para ofrecer el servicio que se prestaba antes del sismo. Sin embargo, no podemos dejar de lado algunos temas de fondo. Uno de ellos, fundamental, es establecer más vínculos con el sector privado. Por ejemplo, gran parte de las colecciones de los museos han sido donadas, tenemos que buscar nuevos caminos para incrementar nuestras colecciones y dar a conocer a los donantes, porque son parte de la historia de las piezas", anuncia la arquitecta, que además asume como vicepresidenta del Consejo de Monumentos Nacionales (CMN).
Hacen falta, dice, medidas prontas: "Hay que modificar la Ley de Monumentos y la Ley de Donaciones. Necesitamos esos instrumentos para trabajar más afiatadamente el Estado con el sector privado. Hoy, el CMN le impone una carga a un propietario privado y no lo compensa de ninguna manera; eso debe ser subsanado, por la vía de las exenciones tributarias o de los subsidios directos. Y para eso se requiere voluntad política. Sé que el Gobierno está preocupado de este tema. Es muy importante generar vías muy claras y transparentes para las donaciones, de manera que la ciudadanía no tenga dudas sobre el buen uso de esos recursos".
Ejemplos virtuosos de la colaboración entre ambas esferas tuvo muchos durante su gestión en el CNCR, donde el Estado se asoció con empresas, propietarios y el mundo académico. "Las donaciones de las empresas, hay que entenderlas como una cosa mucho más profunda que simplemente traspaso de recursos: mejoran la calidad del trabajo que uno entrega a la ciudadanía. Espero poder transmitir esta experiencia positiva a la Dibam, que tiene relativamente pocos recursos. Contamos con un tercio del presupuesto del Consejo de la Cultura, y tenemos 400 bibliotecas, 26 museos, y una enorme responsabilidad con el acervo heredado".
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